Terapia Cognitivo-Conductual (TCC) en Edimburgo

¿Buscas asistencia psicológica en Edimburgo? Bienvenidos a Servicio Psicología Edimburgo, donde yo, Cristina, te invito a explorar el mundo de la terapia cognitivo-conductual (TCC). Como terapeuta formada en la TCC y las terapias de la tercera ola, incluyendo la terapia de aceptación y compromiso (ACT), la terapia centrada en la compasión (CFT) y la terapia cognitivo-conductual basada en mindfulness (MBCT), estoy aquí para guiarte. Descubre más sobre la TCC y su potencial para ayudarte en tu camino hacia el bienestar emocional.

 

Qué es la terapia cognitivo-conductual (TCC)

La terapia cognitivo-conductual (TCC) es un enfoque terapéutico ampliamente reconocido que se centra en abordar problemas del presente mientras trabaja con metas concretas establecidas por el cliente. Esta terapia subraya la importante conexión entre pensamientos, emociones y comportamientos. La TCC dota de herramientas para navegar el sufrimiento psicológico y los diversos problemas que la persona pueda tener.

 

Si bien no existe un número promedio de sesiones necesarias para ver progresos, algunas personas experimentan cambios positivos después de solo unas sesiones, mientras que otras pueden requerir meses de trabajo psicológico. No obstante, la esencia de la TCC radica en su estructura limitada en el tiempo.

 

Dentro del marco de la TCC, los clientes incrementan el conocimiento sobre si mismos y sus patrones de pensamiento, emoción y comportamiento. Aprenden estrategias para gestionar estos patrones de manera más adaptativa. Un pilar de la TCC es su naturaleza colaborativa entre el terapeuta y el cliente, fomentando un entorno seguro, sin juicios y de apoyo donde el progreso puede suceder.

 

La TCC se caracteriza por sesiones estructuradas y orientadas al logro de metas específicas. Esta estructura allana el camino para que los clientes trabajen hacia objetivos tangibles, fomentando un sentido de dirección y logro a lo largo del proceso terapéutico.

 

La eficacia de la TCC ha sido científicamente demostrada en un amplio espectro de problemas psicológicos. Es notablemente eficaz en el abordaje de los trastornos de ansiedad, que abarcan condiciones como el trastorno de ansiedad generalizada, el trastorno de pánico y la ansiedad social. La depresión, los trastornos alimentarios, el trastorno obsesivo-compulsivo, la dismorfia corporal, el insomnio y la gestión del estrés son también problemas en los que la TCC ha demostrado ser exitosa.

 

Durante las sesiones de TCC, los clientes participan activamente en reflexiones y ejercicios prácticos. Esto ayuda a las personas a identificar creencias poco útiles y a desafiar patrones de pensamiento distorsionados. Como resultado, los clientes adquieren la capacidad de reemplazar estos patrones con alternativas más equilibradas y realistas. La terapia cognitivo-conductual dota de herramientas prácticas, permitiendo al cliente navegar eficazmente las complejidades de la vida diaria.

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El modelo cognitivo

El modelo cognitivo de Aaron Beck es la base de la terapia cognitiva y la terapia cognitivo-conductual (TCC). En su núcleo, este modelo enfatiza el concepto de que los pensamientos, las emociones, los comportamientos y las sensaciones físicas están íntimamente entrelazados, de tal manera que cambios en una área afectan a las demás. La TCC se basa en la premisa de que, aunque podemos tener un control limitado sobre nuestras emociones, tenemos la capacidad de remodelar patrones de pensamiento y comportamiento. Al dirigirse a pensamientos y comportamientos poco productivos, la TCC tiene como objetivo provocar cambios que alivien estados emocionales desagradables.

 

En la base de la teoría de Beck se encuentra la noción de creencias centrales. Estas convicciones sobre uno mismo, los demás y el mundo surgen principalmente en la infancia, moldeadas por las interacciones con cuidadores y figuras de autoridad. Las creencias centrales ejercen una influencia sustancial, impactando cómo las personas interpretan eventos y cómo manejar sus emociones y comportamiento. Las creencias centrales comunes incluyen ideas como “Soy inútil”, “Soy inadequado” y “El mundo es peligroso”.

 

Las creencias centrales, a menudo forjadas en la juventud, pueden permanecer latentes hasta que sean activadas por eventos posteriores en la vida. Estos desencadenantes resucitan creencias profundamente arraigadas, remodelando patrones de pensamiento contemporáneo, reacciones emocionales y comportamientos.

 

El modelo cognitivo de Beck ofrece un marco estructurado para comprender la interacción de pensamientos, emociones y comportamientos. Al identificar y remodelar pensamientos automáticos, las personas pueden desarrollar reacciones emocionales más adaptativas y comportamientos constructivos.

Cómo puede la terapia cognitivo-conductual ayudarte

La terapia cognitivo-conductual puede ser altamente efectiva de varias maneras:

Aumento de la autoconciencia: Este tipo de terapia fomenta una mayor conciencia de tus pensamientos, emociones y patrones de comportamiento. Esta conciencia te permite reconocer cuándo estás cayendo en patrones poco útiles y te capacita para intervenir de manera efectiva.

 

Conocimiento de la mente y el comportamiento: En la TCC, existe un fascinante viaje de aprendizaje, una exploración de la mecánica de la mente. A través de la psicoeducación, obtienes valiosas ideas sobre cómo opera la mente, arrojando luz sobre los procesos internos que impulsan los pensamientos, las emociones y los comportamientos. La importancia de este aprendizaje radica en su capacidad para cultivar la autoconciencia. 

 

Cambios cognitivos: La TCC te dota de herramientas para identificar y desafiar patrones de pensamiento negativos. Al reconocer y modificar estos patrones, puedes cultivar una perspectiva más equilibrada sobre las situaciones.

 

Cambios de comportamiento: Te guía en la transformación de comportamientos poco productivos, reemplazándolos gradualmente con acciones constructivas. Esta transición implica dar pasos hacia hábitos más beneficiosos, un proceso que, a su vez, influye en tus pensamientos y emociones. Como ejemplo, supongamos que has estado evitando ciertos lugares debido al miedo. A través de la TCC te enfrentas a este miedo yendo a los lugares evitados. Al hacerlo, comienzas a reconocer tu capacidad para manejar estos escenarios de manera más efectiva de lo anticipado, lo que resulta en una reducción de tu miedo y ansiedad. Esto muestra cómo alterar el comportamiento inicia un efecto positivo en tus pensamientos y emociones.

 

Regulación emocional: Este enfoque ayuda a comprender y gestionar emociones intensas. Al abordar el pensamiento distorsionado, puedes tener un mejor control sobre tus respuestas emocionales. Además, proporciona técnicas para gestionar la ansiedad y el estrés.

 

Resolución de problemas: La TCC fomenta habilidades de resolución de problemas, lo que te permite abordar desafíos de manera efectiva.

 

Mejora de las relaciones: Mejora las habilidades de comunicación y ayuda a resolver conflictos al alterar patrones de pensamiento y comportamiento arraigados.

 

Mejora de la autoestima: La TCC desafía los pensamientos autocríticos, fomentando una visión más compasiva de uno mismo y una mejor autoestima.

 

Mejora de la resiliencia: Ayuda a desarrollar la resiliencia al cambiar cómo percibes y respondes a los contratiempos, lo que te ayuda a recuperarte más rápidamente.

Qué sucede en una sesión de terapia cognitivo-conductual

Una sesión de terapia cognitiva-conductual es un proceso colaborativo y estructurado que tiene como objetivo abordar desafíos específicos y fomentar cambios positivos en tus pensamientos, emociones y comportamientos. Durante una sesión, te involucras en un diálogo con tu terapeuta, guiado por los principios de la TCC. Algunas de las cosas que puedes esperar en una sesión de TCC incluyen:

 

Exploración colaborativa: Junto con tu terapeuta, profundizas en los problemas a los que te enfrentas en el momento presente. Esto implica discutir pensamientos, emociones y comportamientos asociados. Tu terapeuta puede hacer preguntas para obtener una comprensión más profunda de tus experiencias.

 

Identificación de patrones: A través de la conversación y la observación, identificas patrones de pensamiento, emoción y comportamiento que contribuyen a tus problemas. Esto incluye el reconocimiento de pensamientos automáticos negativos o creencias poco útiles.

 

Desafío del pensamiento distorsionado: Basándose en los patrones identificados, tu terapeuta te guía en examinar la precisión de tus pensamientos. Juntos trabajáis para desafiar el pensamiento distorsionado y reemplazarlo por perspectivas más equilibradas y racionales.

 

Aprendizaje de habilidades: Tu terapeuta introduce y te enseña habilidades y técnicas prácticas. Estas pueden incluir ejercicios de relajación, reestructuración cognitiva, técnicas de exposición, habilidades de comunicación y estrategias de resolución de problemas.

 

Revisión del progreso: Si no es tu primera sesión, es posible que revises el progreso que has logrado desde la reunión anterior. Esto puede implicar discutir cambios que hayas notado, situaciones a la que te hayas enfrentado y éxitos que hayas alcanzado.

 

Práctica en casa: Al final de la sesión, tú y tu terapeuta establecen tareas para casa de manera colaborativa. Estos son ejercicios o tareas diseñados para practicar nuevas habilidades y aplicarlas en situaciones de la vida real entre sesiones.

 

Empoderamiento: A lo largo de la sesión, tu terapeuta crea un espacio seguro y no crítico donde puedes expresarte abiertamente. Tendrás orientación, apoyo y empoderamiento, ayudándote a tomar el control de tu progreso.

 

Cada sesión de TCC se adapta a tus necesidades y preocupaciones. La naturaleza colaborativa del proceso garantiza que te involucres activamente en tu proceso terapéutico, trabajando junto con tu terapeuta para lograr cambios significativos y duraderos.

¿Con qué problemas ayuda la terapia cognitivo-conductual? 

La evidencia empírica ha demostrado que la TCC es efectiva para abordar una amplia gama de problemas psicológicos. Algunos ejemplos incluyen:

 

Trastornos de ansiedad

TOC y trastornos relacoinados

Depresión

Manejo del estrés

Dolor crónico

Trastornos por uso de sustancias

Trastornos de la alimentación y la imagen corporal

Duelo y pérdida

Problemas de relación

Autoestima y perfeccionismo

Estrés relacionado con el trabajo y el agotamiento

Autolesiones

Insomnio

Tu terapeuta cognitivo-conductual en Edimburgo

¡Hola! Soy Cristina, terapeuta y fundadora del Servicio Psicología Edimburgo. Mi enfoque principal es la terapia cognitivo-conductual, una modalidad altamente probada y exitosa. Aunque originaria de España, he sido formada en Edimburgo.

 

A través de mi trabajo con personas diversas, he llegado a comprobar la eficacia de la terapia cognitivo-conductual. Si bien las circunstancias de cada persona son únicas, la TCC puede ser una herramienta poderosa para ayudar a las personas a navegar por momentos difíciles, cultivar la resiliencia y crear vidas con propósito y significado.

 

Mi objetivo en cada sesión es asegurarme de que lleves contigo algo práctico: ya sea una mayor autoconciencia, una perspectiva diferente, una nueva herramienta que puedas practicar de manera independiente, nuevos conocimientos e información, una nueva experiencia, o liberación emocional, etc.

 

Mi enfoque es práctico, orientado a metas, limitado en el tiempo y centrado en el presente. Si crees que este es el tipo de ayuda que deseas, te animo a ponerte en contacto conmigo hoy mismo. Podemos comenzar a dar pequeños pasos juntos.

 

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Ejemplos de estudios que demuestran la eficacia de la TCC

Pelissolo, A., Abou Kassm, S., & Delhay, L. (2019). Therapeutic strategies for social anxiety disorder: where are we now?. Expert review of neurotherapeutics, 19(12), 1179–1189. 

 

Leichsenring, F., Salzer, S., Beutel, M. E., Herpertz, S., Hiller, W., Hoyer, J., Huesing, J., Joraschky, P., Nolting, B., Poehlmann, K., Ritter, V., Stangier, U., Strauss, B., Stuhldreher, N., Tefikow, S., Teismann, T., Willutzki, U., Wiltink, J., & Leibing, E. (2013). Psychodynamic therapy and cognitive-behavioral therapy in social anxiety disorder: a multicenter randomized controlled trial. The American journal of psychiatry, 170(7), 759–767. 

Clarke, G. N., Rohde, P., Lewinsohn, P. M., Hops, H., & Seeley, J. R. (1999). Cognitive-behavioral treatment of adolescent depression: efficacy of acute group treatment and booster sessions. Journal of the American Academy of Child and Adolescent Psychiatry, 38(3), 272–279. 

Barlow, D. H., Gorman, J. M., Shear, M. K., & Woods, S. W. (2000). Cognitive-behavioral therapy, imipramine, or their combination for panic disorder: A randomized controlled trial. JAMA, 283(19), 2529–2536. 

Fairburn, C. G., Norman, P. A., Welch, S. L., O’Connor, M. E., Doll, H. A., & Peveler, R. C. (1995). A prospective study of outcome in bulimia nervosa and the long-term effects of three psychological treatments. Archives of general psychiatry, 52(4), 304–312. 

 

Grilo, C. M., Masheb, R. M., & Wilson, G. T. (2005). Efficacy of cognitive behavioral therapy and fluoxetine for the treatment of binge eating disorder: a randomized double-blind placebo-controlled comparison. Biological psychiatry, 57(3), 301–309.

Anand, N., Sudhir, P. M., Math, S. B., Thennarasu, K., & Janardhan Reddy, Y. C. (2011). Cognitive behavior therapy in medication non-responders with obsessive–compulsive disorder: A prospective 1-year follow-up study. Journal of Anxiety Disorders, 25(7), 939–945. 

Harrison, A., Fernández de la Cruz, L., Enander, J., Radua, J., & Mataix-Cols, D. (2016). Cognitive-behavioral therapy for body dysmorphic disorder: A systematic review and meta-analysis of randomized controlled trials. Clinical psychology review, 48, 43–51. 

Servicio Psicología Edimburgo (Edinburgh Therapy service) es un centro de psicoterapia y asistencia psicológica en Edimburgo, Reino Unido. Ofrecemos terapia tanto en persona en Edimburgo como online, disponible en inglés y español.

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